miércoles, 15 de abril de 2015

Yammer: cuando las ideas no saben de organigramas

Una red social corporativa para innovar y cohesionar nuestras organizaciones.

Nuestras entidades son normalmente hervideros de ideas. Algunas nacen huérfanas, sin origen conocido, y se pasean buscando padres que las compren. Somos lo que muchas empresas ansían ser: personas con una fuerte vinculación emocional con la organización, que opinan, juzgan y proponen reinventar cada decisión. Aportaciones que quedan muchas veces en el cajón o en la pila inadecuada. Un desacelerador de la iniciativa.  La prudencia, un organigrama o el miedo al recelo entierran  propuestas interesantes y opiniones valiosas. La comunicación interna que emana desde los capilares  bombea en ocasiones con dificultad por el organigrama.

Las redes sociales corporativas proponen ser el cambio de ritmo de la comunicación: un facebook de las ideas; la incorrección de las iniciativas que no saben de organigramas.

Yammer nació como un Twitter para empresas y ha ido evolucionando y asemejándose con el paso del tiempo a un Facebook para empresas. 


Comprada en 2012 por Microsoft, que la ha ido integrando paulatinamente con el resto de sus herramientas, Yammer se puede acabar convirtiendo dentro de las organizaciones en una intranet participativa construida entre todos; en el centro neurálgico de parte del conocimiento que genera la entidad. 

Con un funcionamiento similar a Facebook de muros, seguidores y me gusta's; con la posibilidad de compartir documentos y sus versiones, de etiquetar iniciativas para facilitar su búsqueda, Yammer es una plataforma de ideas, sugerencias y conocimiento donde cada persona tiene voz propia. Un espacio donde buscar y encontrar personas e información afín a la que uno precisa, con independencia de su ubicación, rol o función. Los grupos se generan espontáneamente por intereses comunes. La información fluye transparente y cualquier duda o dificultad se trabaja participativamente.

Implica en ocasiones un cambio previo en la cultura de la organización y una convicción y promoción de los cambios relacionales que puede incitar la herramienta. Se trata de promover la iniciativa, la idea, venga de donde venga; de aplaudir la opinión y la crítica constructiva. 

En algunas empresas Yammer forma parte del plan de incentivos que premia las mejores iniciativas. En otras es parte del plan de innovación, donde las ideas más valoradas se cuelan en los comités de dirección.   

La creencia de que una red social dentro de la organización es una ventana a la dispersión y pérdida de eficiencia es cuanto menos cuestionable. Partiendo de la responsabilidad profesional de cada cual, las redes sociales ya llevan tiempo dentro de la jornada laboral. Si no es desde el ordenador es desde el móvil, en forma de email, whatsapp, facebook o charla en la fotocopiadora. Siempre han existido.

Estas herramientas no se adaptan a todas las organizaciones ni a todos sus momentos. Pero más allá de la información compartida pueden ser una vía de complicidad, cohesión entre personas que no comparten mesa (o sí), promoción,  motivación e implicación. Se suele aconsejar su implantación inicial en los límites de un proyecto concreto, donde se pueda valorar su idoneidad y donde se pueda ir haciendo eco de sus posibilidades.

Está presente en más de 200.000 empresas de todo el mundo y 5.000 españolas. El producto básico, que incluye la mayor parte de sus funcionalidades, es un servicio gratuito en la nube de Microsoft.

Como en otros ámbitos de nuestra sociedad, está llegando una nueva manera de entender las organizaciones, las relaciones y la comunicación: las redes sociales no tienen fronteras, tampoco dentro de nuestras entidades.

Algunos links y recursos de utilidad:

http://www.microsoft.com/enterprise/es-xl/solutions/yammer/default.aspx
https://m.youtube.com/results?q=yammer%20transform%20the%20way%20you%20work&sm=1
https://m.youtube.com/results?q=yammer%20sanofi&sm=3
https://www.yammer.com/
  

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